La Bobadilla


 

  Datos históricos.

 

 José María Lopera

 

LOS LITOGRAFITOS DE LA BOBADILLA.

Las piedras pintadas y grafitadas de La Bobadilla son un hallazgo arqueológico importante y único basta ahora. He investigado el Corpus de Inscripciones fenicias, púnicas y neopúnicas de España y, entre las 26 que se conocen, la mayoría de sólo una o dos letras (según W. Röllig), no aparece ninguna piedra pintada y escrita, perteneciente a esta cultura. Y, por lo que he sabido de todo el ámbito cultural fenicio-púnico, a nuestros litografitos sólo se les asemejan, aunque levemente, las estelas funerarias pintadas de Sicilia, ya que tienen formas y dedicación totalmente diferentes.

Hemos hallado tres piedras pintadas con escritura. Una increíblemente bien conservada, otra partida por la mitad y decantada, y la tercera con roturas y desperfectos. La primera, (foto a la derecha) de la que adjuntamos análisis del Instituto Gemológico - Joyero Andaluz, de Málaga, pesa 2'875 kgs., y sus medidas son: diámetro: entre 16 y 18 cm. (es ligeramente irregular); grosor: entre 4 y 5 cm. Tiene una forma peculiar, sin duda escogida, y, después, tallada, pulida y acondicionada para ser asida y sostenida, con dos chaflanes laterales, desbastados, muy pulidos debido al roce del uso, a los que se adaptan los pulpejos y falanges de los pulgares de ambas manos, y un canal, en la cara posterior (también desbastado y pulido) que acuna a los restantes dedos de cada mano, facilitando un firme y seguro asidero, quedando Tanit de cara a quien la mira (oferente y seguidores del rito), de perfil, y, como diosa de la guerra, tocada con casco de cuero de soldado cartaginés, atuendo con el que era representada en ocasiones bélicas. Este casco parece estar reforzado con tiras más gruesas del mismo material o de láminas superpuestas de algún metal32.

La esfinge, increíblemente bien conservada, mide desde la visera del casco a la parte posterior (altura del occipucio): 12 cm, y, desde debajo de la barba a la parte superior del casco, otros 12 cm. exactos. El dibujo, pintado en rojo oscuro (el pigmento pudiera ser óxido rojo de hierro)33, es esquemático y de trazo firme y realista en general, menos el rostro que está conformado por diminutos segmentos (2 mm.) horizontales-paralelos-sucesivos, con apariencia temblorosa, casi surrealista, que hacen pensar, sin esfuerzo, en Pené Baal (la temida, misteriosa, insondable, indefinible y omnipotente Faz de Baal). En cambio el trazado del ojo, aunque esquemático, está representado grande y rasgado, pareciendo estar retocado con buril para aumentar su belleza femenina.

La escritura de este abadir o betilo es neopúnica (Foto lateral izquierda) y está realizada con la misma pintura que el dibujo de la diosa. Sus dos signos están dispuestos en sentido contrario a la figura y uno debajo del otro, tal y como aparecen los epígrafes de las monedas antiguas y actuales (A partir del siglo VII a. C. el diseño de joyas y la glíptica estaban ligadas a los mismos artistas). Los dos signos están bien ejecutados por un buen y culto calígrafo y en perfecto estado de conservación: bet, ligeramente cursivo, presenta su natural clasicis

mo fenicio-púnico; res, mucho más cursivo y evolucionado, pertenece al alfabeto neopúnico de los siglos 111-11 a. C. La lectura de esta abreviatura (B R), creo firmemente que es Bora, corrupción tartessia o ibérica del topónimo semítico, Ebwr o Ebor, según la opinión de A. Delgado, ya citada. Aserto reforzado, más recientemente, por J. Sanmartín Ascaso, con motivo de su estudio de la inscripción ºb 0r, aparecida en una ánfora Mañá A, procedente de Villaricos (Almería)34 y que traduce por

trigo de siembra, significando que indica contenido del envase. Según este autor, esta palabra puede proceder: del arameo ºbwr (trigo) o iburu (cosecha); del hebreo 0b(w)r (cosecha, cereal); o del tardobabilónico eburu (semilla), y añade que: En púnico, la grqfia ºb r' aparece atestada de una inscripción tunecina(Bir Tielsa) con el significado de altares para (las ofertas de) ganado y cereal.

Pues bien, yo creo que este litografito (abadir o betilo), por la naturaleza ignea-sagrada de la piedra, la antigüedad de la pintura y la esfinge de Tanit, tocada con casco de guerrero cartaginés de cuero, debió ser una ofrenda votiva de la ciudad de Bora a la diosa de la guerra, implorando ayuda o protección en días belicistas difíciles y dramáticos o, tal vez, conmemorativa de un milagro que consumó el peligro o concedió la victoria. (¿Segunda Guerra Púnica?) En resumen, no sería extraño que se trate de un abadir de ara, perteneciente a un templo, favissa o tophet, relacionado con la diosa Tanit.

El segundo abadir (Lámina V-2) escrito está roto. Le faltan dos trozos. Es de mármol blanco y debía ser de figura discoidal. Su superficie está decorada con un engobe color naranja que, en la actualidad, se ofrece con retículas irregulares, como consecuencia del desgaste en las partes menos porosas y la fijación y resalte en las fallitas más absorbentes. Sobre esta superficie, con pigmento rojo más oscuro, hay dibujada lo que resta de una esfinge (deidad

Lámina V.2

masculina), que, debido a su rotura, sólo conserva la frente, los ojos y las orejas, así como un gorro cónico (¿frigio?) con cl que está tocada, a cuyos lados aparecen los signos bet y res muy cursivos, claramente escritos, siguiendo, también en este caso, la dirección de los epígrafes monetarios o las agujas del reloj. Su lectura, una vez más, es B R (Bora). El aparente pequeño matiz diferencial en la ejecución del signo bet, se debe al impacto de un golpe que lo descascarilló y a la consecuencia del más o menos clasicismo o maestría del calígrafo. ¿Es coetáneo del litografito anterior?

El tercer abadir (Lámina VI.1) que presenta escritura debió ser rectangular. Ahora está ligeramente decantado, aunque presenta sus dos caras pulidas. Está recubierto con un engobe color castaño, y, en una de sus caras, presenta, en color más oscuro, la letra sin (W) del alfabeto fenicio antiguo... M. J. Fuentes Estailol35 hace referencia de esta inscripción (w) y dice que procede de Mallorca (Cf 10.11) y de Menorca (Cf 12.01). A esta última la fecha en los siglos 1V-hl a. C., aunque cree que, en ambos casos, su datación es polémica. G. del Olmo Lete cree que este lexema significa oveja.

 

 

 

 

 

Lámina VI.1 Lámina VI.2

La pintura de los cinco restantes litografitos es más burda y, en general está mal conservada. Tres de ellos están rotos. Dos pueden representar el símbolo de la imagen de Tanit muy

 

Lámina VII 1 Lámina VII 2

esquematizada. (Lámina VII 1 y 2) Uno pudiera ser el rostro de un genio sileno37 barbado y chato (Lámina VIII- 1) con orejas en punta de forma animal y ojo redondo, ambos grabados a buril. Otro parece ser una cara grotesca, (Lámina VIII-2) representada de frente que puede

representar a Bes, genio de origen egipcio35. El restante (Lámina VI-2) da la sensación de ser un rostro humano en las líneas que lo conforman, En honor a la verdad, creo que estos litografitos tendrían bastante más que interpretar si se realizaran excavaciones arqueológicas en el lugar donde han sido encontrados.

Ahora bien, el testimonio de estos hallazgos en La Bobadilla, evidencia la indudable existencia

de un lugar sagrado púnico o de cultura religiosa fenicio-púnica.

 

Lámina VIII.1 Lámina VIII.2

 

 

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31. Transcripción de las siglas que aparecen en este documento del Instituto Gemólogico: L. V. C. = Luz ultravioleta corta; L. V. L. = Luz ultravioleta larga.

32 El casco de cuero estuvo muy generalizado en la antigüedad y su uso persistió hasta muy entrada la Edad Media.. Plínio hizo referencia a cascos de piel de hipopótamo, que eran impenetrables a los dardos. Según expresión de Homero este tipo de cascos eran propios de los guerreros jóvenes. Reichel y otros autores han sostenido la opinión de que en tiempos de Hornero la mayor parte de los cascos eran de cuero, formados, a veces, por tres capas de esta materia, guarnecidos con láminas metálicas o diversas correas, tal como se ve en algunos monumentos de la época micénica. Un buen ejemplo de diosas tocadas con casco es el de un busto de Minerva, existente en el Museo Vaticano.

33. Propongo una pintura obtenida a base de plomo y cobre, con arena y sal, muy bien molidos y mezclados con el pigmento y agua. Después de secado natural, ligera cocción. Este o parecido era el sistema utilizado para la decoración cerámica.

34. Víctor M. Guerrero Ayuso y Blanca Roldán Bernal (Catalogo de las ánforas prerromanas. Museo de Arqueología Marítima. Cartagena, 1992) llaman la atención sobre este supuesto grafito que, según J. Ramón, es numeración moderna (1090), vista por él mismo en numeraciones similares en otras piezas de Villaricos que hacen referencia a lOS números de inventario de las excavaciones de L. Siret efectuados igualmente con un objeto punzante.

Personalmente pienso, con todo mi respeto y consideración hacia el Dr. Ramón que es sorprendente esta forma de inventariar sobre piezas arqueológicas.

35. M. J. Fuentes Estañol. Corpus de Inscripciones Fenicias de España. Los fenicios en la Península Ibérica. Ediciones AUSA.

· Sabadell, 1986.

36 Del Olomo Lete. Fenicio y Ugaritico: Correlación lingüística. Los Fenicios en la Peninsula Ibérica. 1. Ediciones AUSA. Sabadell

19886.

37 Silenio, genio frigio de los manantiales y los ríos, que se representaba con orejas, cascos y cola de caballo. Simbolizaba las aguas. Se le consideraba hijo de Pan y de Hermes. Poseía el don de la secreta sabiduría. En época tardía, pasó a ser padre de los satiros. La tradición popular lo imaginaba como un anciano grotesco, chato y siempre ebrio. Con el nombre de Marsias, está vinculado a la leyenda de Midas que lo prefirió a Apolo. No obstante y en sentido general, se solía aplicar la denominación de sileno, a cualquiera de los sátiros ya viejos que personificaban la Vida montaraz.

~ Presidía el matrimonio. Ejercía protección sobre las parturientas y los recién nacidos, y las mujeres lo consideraban fiel aliado un las tareas de su tocado y embellecimiento, grabándose su imagen en los mangos de los espejos, en los estuches de cosméticos y en los frascos de perfume. Era considerado corno el bufón de los dioses. Se le imaginaba de cara (en contraste con la antigua costumbre egipcia que representaba las cabezas de perfil) con la boca abierta en toda su extensión que le daba aspecto de payaso grotesco. Su efigie mas famosa es la estatua descubierta por Mariette en el Serapeo de Menfis.

 

 

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