La Bobadilla
Datos históricos.
José María Lopera
LA MONEDA DE BORA HALLADA EN LA BOBADILLA,
Fotografías sacadas del mismo trabajo del autor.
No hace mucho tiempo, José Aguilera Aránega, durante faenas agrícolas, realizadas junto a las paredes del casco urbano de La Bobadilla, halló una moneda que presenta en el anverso el busto de Ceres, diosa de las cosechas, de la agricultura y de la civilización, vuelta a la izquierda, ligeramente soslayada, velada, diademada con kalathos o modius (canasto para cosechar o medida para granos) simbólico y coronada con una espiga gigante que se adapta a la parte posterior de la cabeza. Por delante, se advierte un haz o gavilla de mieses y la cuerda que lo amarra. Por otra parte, en el espacio existente en la parte postero-inferior de la cabeza, entre la altura del occipucio y el comienzo de la espalda, se ve un epígrafe en letra latina en el que puede leerse BORA (en algunos de sus tramos, las letras están corroídas). El cospel opuesto tiene otro epígrafe con cuatro signos, tan desgastados que sólo puede adivinarse la letra bu como inicio del renglón sinistrógiro de lo que puede ser alfabeto ibérico.
En el reverso de esta moneda, que está impercusa, se observa, la LOBA CAPiTOLINA, pese a estar decapitada por la aludida deficiencia técnica. Están bien rnanifiestas las figurillas de Rómulo y Remo, sentados o en cuclillas, bajo las ostensibles ubres del animal. Debajo, se ve un epígrafe en alfabeto latino en el que se lee, nítidamente, B O: BORA.
Si analizarnos esta moneda objetivamente, llegamos a la conclusión de que su anverso se identifica con el de las monedas estudiadas por los historiadores de numismática citados, en cuanto a la esfinge de la diosa se refiere. No así en lo que atañe a los epígrafes, que, en las estudiadas por ellos, no existen en esta cara. En cuanto al reverso, es sorprendente la LOBA CAPITOLINA que aparece en alguna moneda acuñada en la Urbs de Roma, si bien careciendo del epígrafe B O (BORA).
No seria extraño que esta moneda se acuñara durante los últimos anos de la República, en lo político-militar tan inciertos y peligrosos para cualquier ciudad de esta región de la Bética, y que los boraenses quisieran agradar al Senado a través de la Loba Capitolina, sin tomar partidismo abierto por ninguno de los protagonistas en disputa26.
Sí es evidente que debió acuñarse antes de que Bora recibiera el título de municipio latino, ya que carece en su epigrafia del apelativo Cerealis que, con tal motivo, debió imponérsele, y de que, con Augusto, se incorporara la inscripción 5 C (Senatus consultio o Senatus Consentio) que file imprescindible en las acuñaciones de estas monedas autonómicas.
Los historiadores numismáticos dan a las monedas de Bora mucha antigüedad. Antonio M. Guadán las comprende en el periodo 206 - 173 a. C. Otros las incluyen en el sistema uncial (una onza en libra, 27'28 gr.).
A mi buen juicio, es imposible, hasta ahora determinar el valor de estas monedas que ciudades autónomas y complejos mineros acuñaron. También es muy difícil establecer una relación comparativa entre éstas y el sistema monetario de la República de Roma, debido a las devaluaciones efectuadas y al valor que los romanos les pudieron asignar, ya que hay quienes aseguran que, en la mayoría de estos oppida, el valor de su AS correspondía a 5/6 del As romano.
Indudablemente, existen diferencias de diámetro y peso entre la moneda hallada en La Bobadilla y las que hemos visto publicadas. La nuestra mide 14 mm. y pesa 1.455 mg., en contraste con las señaladas por otros autores a las que dan entre 32 y 35 mm. para el AS y 25 mm para el SEMIS. En el anverso de la nuestra existe epigrafía, en las otras, no. El envés es totalmente distinto.
Admito estas diferencias y, como siempre, estoy dispuesto a asumir las rectificaciones del buen juicio científico si las hubiera. Y quiero creer que todos hemos estudiado y descrito, con objetividad, la moneda de Bora que hemos visto, la que nos ha tocado en suerte de las distintas emisiones que se pudieron acuñar en este oppidim, tal y como ocurrió en otras cecas, ya que estas monedas debieron estar sometidas a disminuciones de peso por devaluaciones27, a avatares político-militares (poder cartaginés, poder romano o luchas de la propias ciudades por su independencia) que cambiaron sus símbolos y epigrafías por patriotismo ciudadano, por miedo a represalias de los vencedores o por congraciarse con ellos, contribuyendo económicamente a sus campañas militares y a su reorganización administrativa.
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26
Personalmente, propongo las fechas de la Campaña de Munda durante la que Cesar derrotó a los lijas de Pompeyo (Diciembre del 46 a Marzo del 45 a.C.) o inmediatamente posteriores. Según propias investigaciones que quiero publicar en fechas próximas.27
A) Al final de la segunda Guerra Púnica, un dupondio tenia dos onzas en libra (54'56 g.).B) Durante el Consulado de C. Servilio y C. Flamilio (217 a. C.) se creo el AS uncial, o sea, una onza en libra (27'28 gr.).
C) La Ley Plautia Papiria (89 a. C.) redujo el AS a media onza en libra (13'64 gr.) y
D) Durante el triunvirato de Octavio, Marco Antonio y Lapido, se devaluó el AS en un tercio, pero como no se detalla la fecha es difícil saber su valor, ya que pudo haber devaluación o devaluaciones anteriores.
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